Nocturno

no hay día que no te piense



Amor, en estas noches luminosas de estío
que cada estrella diga mi amor en tu ventana.
No habrá fulgor insomne que no sueñe contigo,
rezuma cada astro la pasión de mi alma.

De memoria tan fiel, tiene cada latido,
efímero y terreno, celeste resonancia,
deseos vagabundos y olvidados deliquios
el trémulo perfume guardado por mil arcas.

Y el beso, el primer beso, fulge como un divino
rubí de luz que solo los Cielos constelara.
Amor, en estas noches luminosas de estío
que cada estrella diga mi amor en tu ventana.

La estelar armonía: siderales caminos,
mundos etincelantes, miríadas fantásticas,
son suspiros y quejas y sueños infinitos
y voces febricientes apenas pronunciadas.

Porque atesora el cosmos como un inmenso espíritu
las gigantes y ardientes tempestades del alma,
amor, en estas noches luminosas de estío
que cada estrella diga mi amor en tu ventana.

Gerardo Molina
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